Mundo reciclaje: ¿saben los madrileños dónde y cómo reciclar? | Madridiario

2022-11-07 16:04:18 By : Ms. Linda Liu

Los madrileños de varios barrios de la capital ya cuentan con el uso de los contenedores de tapa marrón, para residuos orgánicos, que esta semana se han instalado en ocho nuevos distritos para comenzar a utilizarse a partir del próximo día 1 de noviembre.

La distribución de estos cubos forma parte de la penúltima fase del proyecto realizado por el Ejecutivo de la exalcaldesa madrileña Manuela Carmena con el fin de implantar la recogida selectiva de basuras en la capital. La iniciativa está previsto que culmine en el año 2020 con José Luis Martínez-Almeida como alcalde, cuando este tipo de recipientes lleguen al distrito Centro.

¿Sabe dónde y cómo reciclar?

En estos cubos se deben depositar restos de biorresiduos, lo que hará prácticamente innecesario el tratamiento posterior de separación para facilitar la producción de biogás o compost. Al mismo tiempo, se permite reducir los gases de efecto invernadero y los malos olores, entre otros beneficios.

De esta manera, las calles de Madrid tendrán a disposición de sus ciudadanos los siguientes contenedores de basura: de tapa marrón, naranja (o gris), amarilla, azul y verde. A estos, además, hay que añadirles los puntos limpios de recogida (fijos y móviles) en los que depositar el resto de materiales sin uso que no puedan ser depositados en los mencionados cubos.

Y es que (casi) todo se puede reciclar en la Comunidad de Madrid, lo que pasa es que hay que saber cómo y dónde. Y para eso está Madridiario.

Es importante conocer de primera mano el sistema de clasificación de los residuos que se generan en el día a día, que son muchos, y que cuya separación está estandarizada a nivel internacional.

Se trata del conocido sistema por colores, aquellos que marcan los cubos de basura y contenedores en los que deben depositarse los diferentes elementos a reciclar. Amarillo, azul y verde son los más extendidos, y a ellos se les une ahora en la región madrileña el de color marrón. Todo lo que no tenga lugar en estos cubos -y que no deban ser reciclados en contenedores específicos, como luego se determinará- irán a los de color gris o naranja.

Hay que reconocer que el reciclaje de plástico –amarillo- es el más complejo y también el que más excepciones presenta. Básicamente, en estos contenedores se deben depositar tetrabriks, botellas de plástico, envases de productos lácteos y sus tapas, bandejas de corcho blanco o poliestireno, redecillas o mallas, latas de bebidas o de conservas, papel de aluminio…

Sin embargo, nada de ropa (ni zapatillas o prendas hechas con fibras plásticas) o juguetes, ni compresas, toallitas o pañales. Tampoco cubertería de plástico, bastoncillos para los oídos o pajitas para beber, ya que todos ellos en la actualidad no pueden reciclarse. De ahí que vayan a ser prohibidos por la Unión Europea a partir del 2021.

Más fácil es el reciclaje de papel y cartón en los contenedores de tapa azul. A estos van todo tipo de cajas, envases o bolsas de papel, así como libros, periódicos y revistas, por ejemplo. Solo hay que tener en cuenta que no pueden depositarse ninguno de ellos manchados o impregnados con aceites y grasas, ya que contaminan el proceso de reciclaje. Así que se acabó lo de tirar las cajas de pizza enteras, solo lo que no se haya manchado podrá reciclarse.

Lo mismo sucede con el vidrio. Todo tipo de cristal será arrojado a los contenedores verdes, salvo las bombillas, los fluorescentes, cristales rotos o las vajillas, que deben ser todos trasladados a los puntos limpios correspondientes.

Como ya se ha mencionado, los contenedores marrones (que aún no están en todos los distritos de la capital pero que llegarán próximamente) recogen los biorresiduos con los que luego puede hacerse compost o biogás.

Por ello, en estos últimos es muy importante utilizar bolsas de basura biodegradables y únicamente meter en ellas restos de comida, cáscaras de huevo, de marisco y frutos secos, posos de café e infusiones, tapones de corcho, cerillas, serrín o pequeños restos de jardinería.

Por último, el cajón desastre del reciclaje: el contenedor gris (o de tapa naranja, si es comunitario). En ellos se vierte toda la basura que no estaba sujeta a ser clasificada para su posterior reciclaje, como por ejemplo pañales, compresas, toallitas húmedas, colillas, polvo de barrer, excrementos de animales, arena de gato y pelo.

Pero además, existen otra serie de recipientes de recogida de materiales de gran importancia que no deben dejarse de lado. Es el caso de las pilas, baterías y acumuladores, los cuales contienen metales y sustancias químicas que pueden ser tóxicas y muy peligrosas para la salud y para el medioambiente.

En el caso de las pilas y baterías, a pesar de hablarse de ellas como iguales no son lo mismo y, por ende, no se reciclan de la misma manera. Deben ir al punto limpio o a los contenedores específicos para su recogida, y que suelen estar ubicados en las paradas de autobús y en otro tipo de mobiliario urbano.

Asimismo, la Comunidad de Madrid cuenta con los contenedores y puntos de recogida facilitados por Ecopilas, una fundación dedicada la gestión de residuos a través de instalaciones municipales: puntos limpios, deixalleries, ecoparques, puntos verdes, establecimientos comerciales e industrias. En este enlace puedes encontrar tu punto de recogida más cercano para el reciclaje de pilas domésticas.

En el caso de la ropa y calzado, además de contar con contenedores de asociaciones sin ánimo de lucro –como Cáritas o Cruz Roja-, también puede ser recogida en puntos limpios fijos y móviles dependientes del municipio. En el caso de Madrid, el Ayuntamiento ofrece ambas posibilidades en todos los distritos de la capital, así como desde 2017 están a disposición de los ciudadanos los puntos limpios de proximidad.

Los medicamentos, por su parte, una vez caducados o si su uso no va a llevarse a cabo por cualquier otra cuestión, deben ser llevados a los puntos de recogida habilitados en las farmacias identificadas con el distintivo SIGRE. En los contenedores habilitados en los establecimientos farmacéuticos deben introducirse también las cajas y los envases de plásticos en que vienen los fármacos, que pueden estar caducados o no, así como empezados o sin abrir.

Además, en estos contendores pueden introducirse también medicamentos a base de plantas medicinales dispensados en farmacias (no en herbolarios), embalajes de medicamentos y envases vacíos, jeringas precargadas y plumas o bolígrafos de insulina, así como los productos de parafarmacia (dietética, nutrición, higiene...) que lleven el logotipo del punto SIGRE.

Sin embargo, nunca pueden reciclarse en estos puntos los termómetros, prótesis, radiografías, gafas, agujas y objetos cortantes, materiales de cura (gasas, vendas, esparadrapo...), bolsas de plasma, frascos o bolsas para tomas de muestras de sangre, heces y orina, así como productos químicos.

En el caso de las radiografías, así como los termómetros o elementos que contengan mercurio, jeringuillas y agujas hipodérmicas de origen doméstico o envases contaminados, todos ellos deben ser depositados en los puntos limpios fijos y móviles habilitados para ello por el Ayuntamiento de Madrid.

Lo mismo sucede con el aceite usado (de origen animal, vegetal o mineral), los aparatos eléctricos y electrónicos de pequeño tamaño, fluorescentes y bombillas de bajo consumo, cartuchos de tóner y aerosoles, y CD's, DVD's y cintas de vídeo. Al tratarse de materiales particulares y que se componen de elementos que pueden ser contaminantes y perjudícales para el medioambiente y la salud pública, el lugar en el que los dejemos tiene que estar destinado para su posterior reciclaje.

Una vez más, los puntos limpios que ofrece el Ayuntamiento de Madrid son la mejor opción para los residentes en la capital, aunque también pueden ser llevados a los habilitados por la Comunidad de Madrid en casi todos los municipios de la región, y que también son fijos y móviles.

El cualquier caso, desde ambas instituciones recomiendan contactar por teléfono con el punto limpio para consultar las cantidades y tipos de residuos admisibles antes de acudir a la instalación. Asimismo, pueden consultar la localización y datos de todos ellos en este mapa interactivo.

Algunos enseres de grandes dimensiones, sin embargo, no pueden ser transportados ni tampoco aceptados en los puntos limpios fijos anteriormente mencionados. Es el caso de los escombros de obra, las grandes cantidades de tierra, algunos aparatos eléctricos y electrónicos o los muebles, que lejos de lo que muchas veces puede verse, está totalmente prohibido depositarse en las calles o junto a los contenedores de basura.

En todos estos casos, debe hacerse uso de la recogida puntual que ofrece el Ayuntamiento de Madrid, cuya tramitación puede realizarse a través del teléfono, por Internet, por Twitter o presencialmente en las Oficinas de Atención a la Ciudadanía dirigida al Departamento de Limpieza de Espacios Públicos.

En estos casos, tras contactar con el área encargada del Consistorio, como norma general los enseres se deberán depositar lo más cerca de los contenedores o en zona accesible para los servicios municipales, pero siempre en vía pública y en el horario indicado. Además, solo se retirarán aquellos muebles y enseres en cantidad inferior a 3 metros cúbicos y un máximo de 6 elementos (por ejemplo: 1 colchón +1 frigorífico + 1 módulo de un mueble de cocina y 3 puertas).

Por último, los escombros de obra quedarán introducidos en contenedores o sacos de residuos de construcción y demolición instalados por el Ayuntamiento tras ser solicitado por la persona responsable de la obra, ya sea empresa o particular. Del mismo modo, su recogida también depende, según las características y cantidades, de empresas gestores de residuos dependientes de la Comunidad de Madrid.

Esta es la opinión de los internautas, no de Madridiario

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